La exposición fotoescultura afro establece un diálogo entre la fotografía y la escultura; parte de la propuesta de un colectivo artístico que pretende visibilizar diversas estéticas del pueblo afro ecuatoriano. Es que la verdad de nuestro país aún está atravesada por la discriminación y el racismo, a pesar de los diversos discursos que se están legitimando desde la institucionalidad y la Constitución. De allí que sea necesario echar mano del poder de la estética para sacudir los estereotipos negativos sobre la cultura afro que nutren el exotismo sexista y los discursos de la pobreza y la violencia.
Las culturas afro tienen sus propias maneras de expresar su modo de ser y percibir el mundo pero su cosmovisión, su mundo simbólico, su manera de estar, sentir y habitar, no encuentran lugar en la cultura “oficial” o formalizada por estéticas heredadas de una matriz eurocéntrica. Para algunos resulta difícil asumir que el cuerpo en sí mismo representa una estética que en un territorio cultural lo inscribe como parte de su cultura.
Tanto las fotografías como las esculturas que componen esta muestra están matizadas por un realismo de la cotidianidad que se devela con sus expresiones, poses, formas corporales y miradas. Esta estética de lo cotidiano intenta captar la voz y la imagen que no siempre puede o quiere hablar, pero que lo dice todo con el propio cuerpo.
